El drama distópico nazi de Prime Video se despide de la plataforma con un final que contenta al fan pero que no deja de resultar un tanto precipitado en sus últimos capítulos
Es innegable que en los últimos años se ha producido en el mundo de lo audiovisual un boom de la ficción distópica y especulativa. Series y películas que nos muestran un futuro oscuro lleno de muertos vivientes paseándose por el mundo, humanos más o menos enfermos sobreviviendo en un planeta que se ha ido al garete tras una guerra nuclear o una infección vírica accidental o intencionada están a la orden del día. Si nos centramos en las series sobre esta temática apocalíptica podríamos destacar ‘The Walking Dead’ (interminable y aburrida desde hace temporadas para much@s, imprescindible para otr@s), su spin-off ‘Fear The Walking Dead’, ‘Los 100’, ‘Z Nation’ o ‘The Rain’ más de andar por casa y de origen escandinavo.
Pero no solo de desastres naturales vive la distopía, sino que también tenemos esa ficción especulativa que nos narra acontecimientos en futuros o pasados alternativos indeseables relacionados con la política, la economía o la tecnología. ‘The Handmaid´s Tale’, , ‘Black Mirror’, ‘SS-GB’ y la que nos concierne más en este artículo, ‘The Man in The High Castle’, son unos cuantos ejemplos destacados.
‘El Hombre en el Castillo’ nos muestra un mundo alternativo donde las fuerzas del Eje (nazis y japoneses) han ganado la Segunda Guerra Mundial y tienen el control del territorio norteamericano. En las tres primeras temporadas, la serie nos ha ido mostrando ese mundo nazi e imperialista en lo que eran las tierras del país de las oportunidades, los «tira y afloja» entre ambos bandos vencedores, los ataques de la resistencia yanqui, la existencia de unas extrañas cintas que mostraban la realidad de nuestro mundo y de un túnel que permite viajar entre diferentes realidades.
Ahora, la producción de Amazon Prime Video, basada en la novela de Philip K. Dick, escrita por Frank Spotnitz y dirigida por David Semel, se ha enfrentado a su cuarta y última temporada en la que la historia llega a su fin (que por ahora no te voy a contar).
*A partir de este momento, la reseña contiene spoilers*
¿De qué va 4º temporada de ‘The Man In The High Castle’?
Varios son los frentes que nos encontramos en esta cuarta entrega de la serie tras los acontecimientos finales de la 3ª temporada donde Juliana Crane (Alexa Davalos) desaparecía de repente del lugardonde estaba apresada tras el ataque al «Die Nebenwelt»-el túnel que permite viajar por el multiverso- justo en el momento en el que Jon Smith (Rufus Sewell) disparaba sobre ella tras hablar con Abendsen (nuestro Hombre en el Castillo protagonizado por Stephen Root).
Como todos preveíamos, Juliana ha viajado entre realidades y aparece en ese universo alternativo donde el mundo ha seguido el curso de la historia que todos conocemos y donde los aliados han ganado la guerra. Herida, es curiosamente rescatada por los «espejos» de Jon y Thomas (el hijo de los Smith muerto en la realidad nazi) teniendo durante un tiempo relación con la familia Smith hasta que se ve obligada a volver al «universo nazi» al ser atacada por los viajeros enviados por el ReichMarshall.
Este último, personificando el lado nazi, se enfrenta a una rebelión en su casa. Su esposa Helen (Chelah Horsdal) había huido con sus hijas a la zona neutral huyendo de su marido y aunque finalmente tod@s vuelven a reunirse -obligadamente- en la zona nacionalsocialista, los problemas persisten. Jennifer (Genea Charpentier) -hija mayor del matrimonio- es totalmente reacia al nazismo y eso junto a los problemas maritales les meterá en graves problemas y disminuirá la confianza de Himmler -y de Berlín en general- en Jon. El ReichMarshall parece que tampoco pasa por su mejor momento ideológico y sus viajes al otro lado le desmoronan aún más, aunque aguantará el tipo por mucho que dude con la excusa de proteger a los suyos.
Tráiler de la 4º Temporada ‘The Man In The High Castle’
En el lado japonés, el Inspector Kido (Joel de la Fuente) y el Imperio se enfrentan a la Rebelión Comunista Negra, comandada por Bell Mallory (Frances Turner), que con la ayuda armamentística de China luchan por la liberación. Los japos están en un momento en el que desde las islas niponas hay dudas sobre la conveniencia de seguir en territorio americano debido a la guerra con los chinos que está debilitando su posición en Oriente. Además de los problemas con los rebeldes negros, habrá una insurrección de los altos cargos militares y Kido tendrá que decidir entre ser fiel al emperador o unirse a los golpistas mientras su hijo no para de meterse en líos.
Wyatt Price (Jason O´Mara) sigue a los mandos de la resistencia yanqui en territorio neutral. Una resistencia que está bajo mínimos y que buscará la ayuda de los otros rebeldes de la temporada, los comunistas negros. Junto a ellos llevarán a cabo una serie de ataques contra los japoneses que pondrán en jaque al imperio nipón. Cuando Juliana re-aparece en el universo distópico nazi, Wyatt le prestará ayuda en una complicada pero para ella factible opción para derrocar a los nazis: convencer a Helen Smith de que les ayude desde dentro.
Por último el anticuario Childan (Brennan Brown), se encontrará en medio de todos los líos de los japoneses, como le lleva ocurriendo desde el principio de su vida en la serie, mientras vive una historia de amor con su ayudante nipona.
Un final que agrada pero que no deja de ser atropellado
La temporada tiene 10 episodios. En los primeros siete-ocho van mostrándonos lo anteriormente mencionado a un ritmo pausado, incluso hay un capítulo entero dedicado al viaje entre realidades que protagoniza Jon y en el que se encuentra con el «espejo» de su hijo Thomas. Los hechos en las dos localizaciones principales con las que cuenta la serie -el lado pacífico de los japoneses y el de la costa este nazi- son narrados con bastante detalle, sobre todo en lo referente a la rebelión donde los negros de San Francisco buscan desembarazarse del yugo nipón (curioso ver como se juega con el racismo y la intolerancia hacia dicha raza no solo en el universo malo, sino también en el bueno siguiendo los hechos reales sucedidos con la comunidad afroamericana en los EEUU de los años 60-70).
Esto hace que una pregunta empiece a sonar en nuestra cabeza (o al menos a mí me ha pasado): «Todo esto me parece muy bien, es muy interesante, me gusta lo que veo, pero quedan tres episodios y la serie sé que termina.. ¿Cuándo demonios va a pasar algo que nos lleve a ese final?». Yo incluso pensé en un final abierto, un spin-off y que Amazon nos había tomado el pelo. Pero no, tenemos final y todo sucede de repente en los dos últimos capítulos y medio, con bastantes prisas y provocando escenas que no es que no tuvieran sentido, sino que cocinar una buena carne con prisas y el fuego demasiado alto, suele hacer esta no salga tan sabrosa como merece.
En medio capítulo cae el Imperio nipón, aunque esta parte debo reconocer que a pesar de algo precipitada sí que llevaba un par de capítulos con una olla puesta a fuego más lento. Pero, lo realmente atropellado es el tema en el lado nazi. Jon se hace con el poder del Reich Americano tras una fantástica escena en la que acaba con la plana mayor de Berlín (Himmler y todos sus lacayos) con la ayuda de otro interesado en ello. Repartidos los territorios con supuesta autodeterminación y con el Pacífico libre nos enfrentamos a un último capítulo donde absolutamente todo se resuelve con demasiadas prisas.
El demasiado veloz «Fuego de los dioses» marca el final
Un último episodio -bajo el título de ‘Fuego de los Dioses’– en el que: Kido se une a la Yakuzaa para evitar la muerte de su hijo, los japos abandonan la ciudad a toda prisa tras tantos años de poder, los nazis van a la conquista de la zona este con un plan concebido en apenas minutos y donde los campos de concentración hacen que Helen termine de estar en contra de su marido para traicionarlo. Una traición que culmina -gracias a la resistencia de Wyatt y a Juliana- con la muerte del ReichFührer y su esposa en una escena que tiene más de sinsentido que otra cosa debido a la facilidad con la que tiene lugar, impensable que pase algo así a los cuadriculados y perfectamente organizados nazis.
Al final el ataque nazi se ve interrumpido en el último momento y con una América liberada de los poderes del Eje el túnel entre universos se abre apareciendo gente del otro lado, representando el fin del mal y la liberación del mundo de sus problemas con una fusión de multiversos. Muchas son las teorías, reacciones y opiniones acerca de esta escena final de la serie, positivas y negativas como siempre que una gran serie finaliza.
Para el que aquí os escribe y como ya he recalcado antes, un buen final con demasiadas prisas y que hubiera estado mucho mejor con un par de capítulos más, donde los acontecimientos finales pudieran haber sido desarrollados con más tino y menos fallos que algun@s pueden considerar garrafales tras cuatro temporadas.
Valoración final de la 4º temporada de ‘The Man In The High Castle’
Lo mejor: Continua con una idea fija que viene de las tres anteriores temporadas sin inventarse cosas raras para terminar con la serie, cosa que es de agradecer. Como siempre la maravillosa fotografía y unas actuaciones notables. Lo pérfida y malvada que es la hija pequeña de los Smith. La escena final del capítulo ocho es sublime y no te la esperas. El paralelismo de los problemas de la comunidad negra en ambos universos.
Lo peor:Un final con muchas prisas y todo lo que eso conlleva.
Nota: 7/10